Quiero que tú mandes sobre Él, no quiero que mi corazón escoja por mí, ambos sabemos que lo hará mal.
Por mucho que yo me esfuerce en olvidarlo si tú y él se ponen de acuerdo para recordarmelo cada momento de mi vida.
Él cada vez que ve su sonrisa late de una forma tan desesperaba que parece que se me va a salir del pecho.
Y tú, te creía mi ayuda, pero eres casi peor, tú siempre que oigo su nombre, veo una foto o pasa por delante del portal y lo veo me recuerdas esos días de inviernos corriendo de la mano para no mojarnos sin darnos cuenta que más adelante también llovía, esos días acurrucados en su viejo sofá con la manta del Barcelona por encima viendo películas de miedo, esos veranos que pasamos juntos, en La Gomera, en Las Galletas, en miles de sitios que recordaré por cada beso que me dí con él. Y lo peor es que aun recuerdo sus brillantes ojos marrones y su boca articulando la palabra, esa palabra que me dolió tanto que se grabó en mi.
-Adiós
+Quiero un hasta pronto
-Lo siento, pero es un Adiós y un hasta nunca.
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